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No hay mayor regalo que proporcionar paz a los otros, esa paz que se irradia desde dentro de nosotros mismos.
Así como el perfume de la flor no permanece dentro de ella sino que continuamente es exhalado en todas direcciones, así nuestros pensamientos son lanzados hacia todo el Universo, ejerciendo su influencia sobre los otros, para bien o para mal.
Es nuestro privilegio elegir que tipo de pensamientos vamos a soltar hacia el mundo. Si vamos a continuar pensando, cosas esperanzadoras deberían inundar el mundo con una influencia espiritual que cargue a todos con una vibración de alegría.
Así como las nubes que se generan en una parte del mundo caen en otra región en forma de chaparrones, así nuestros pensamientos irán a todas partes del mundo, y caerán como una bendición sobre los corazones que los reciban.
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