Un "Santo de los Perfumes" muestra sus maravillas

"¡Comprar y vender, pero no olvidar ni por un momento a Dios!". El ideal es que las manos y el corazón trabajen juntos en armonía. Ciertos escritores occidentales sostienen que la meta de los hindúes es de tímida "evasión", de inactividad y de retiro antisocial. Sin embargo, el plan védico para la vida humana, que se halla dividido en cuatro etapas, constituye para las masas un sistema perfectamente equilibrado, pues dedica la mitad del tiempo [de la vida] al estudio y las responsabilidades familiares, y la otra mitad a la contemplación y la práctica de la meditación.
El aislamiento es necesario para establecer permanentemente la conciencia en el Ser; sin embargo, los maestros retornan luego al mundo para brindar su servicio. Incluso los santos que no se ocupan de prestar sus servicios en forma externa, confieren, por medio de sus pensamientos y sagradas vibraciones, mayores beneficios al mundo de los que los hombres no iluminados puedan ofrecer por medio de las más arduas actividades humanitarias. Estas grandes almas, cada una a su propio modo y a menudo confrontando grandes oposiciones, se esfuerzan de manera altruista en inspirar y enriquecer espiritualmente a sus semejantes.

Extracto de la nota #8 del Capítulo Un "Santo de los Perfumes" muestra sus maravillas, en la Autobiografía de un Yogui.

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