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Este presente año 2008 muy pronto pertenecerá al pasado de cada uno de nosotros y según hayan sido nuestras experiencias personales en todos los ámbitos externos en que nos hayamos desempeñado y las vivencias en los planos físicos y espirituales que nos tocaron atravesar, será que lo valoremos como un año rico y pleno de experiencias valiosas o un año estéril y doloroso. O con ambos ingredientes, como más probablemente ha sido.Sean cuales hayan sido las circunstancias que nos tocaron vivir siempre son enseñanzas que debemos atravesar para acrecentar nuestro aprendizaje de vida. Así como el labrador abona la tierra con elementos de desecho para volverla más fértil, así las experiencias dolorosas o difíciles de atravesar nos sirven para enriquecer nuestra alma y volverla útil y valiosa para ofrecerla a los demás. Preservar la alegría y las ganas de vivir a pesar de las tormentas atravesadas, nos volverán personas plenas y sabias más cercanas a Dios.
Proponernos obtener logros para nuestra vida interior a partir de tomar la férrea decisión de dejarle espacio a los cambios que sabemos que debemos realizar en nuestras vidas, requerirá sin duda alguna de una gran fuerza de voluntad que muchas veces nos abandona, pero tomando esta fuerza de voluntad en nuestra mano y esgrimiéndola como la más poderosa arma que tenemos para romper las sólidas estructuras mentales que no nos permiten avanzar y desarrollarnos, podremos lograr asomarnos lentamente a respirar la luz del sol y de la vida plena que se encuentra más allá de las murallas que con nuestra ignorancia hemos construido.
La tristeza, la depresión, el aburrimiento, la discordia, el rencor, la segregación, las divisiones de toda índole, son parte en mayor o menor medida de nuestra existencia. Al centrarnos en nosotros mismos y considerarnos como lo más importante que la humanidad tiene entre sus tesoros, nos es difícil tener el entendimiento de cómo funcionan las fuerzas que a nuestro alrededor giran y que esas fuerzas operan únicamente para nuestra alegría, felicidad y crecimiento. El mirar más allá de nosotros y gradualmente darnos cuenta que todos somos Uno y que los demás nos necesitan y nosotros necesitamos de ellos, será uno de los primeros pasos para lograr la expansión de nuestra conciencia y por lo tanto de la comprensión de cómo funciona el Amor de Dios.
Pidamos que el año que comienza, sea el que elijamos como el de la realización de los mayores cambios en nuestra existencia, cambios que sólo nosotros podemos llevar a cabo en nuestro interior y que se reflejarán en nuestras circunstancias inmediatas, porque una idea que contribuye a confundirnos más es la de que son las circunstancias externas las que deben cambiar porque no nos satisfacen y no nos brindan la felicidad anhelada. Descubrir que el funcionamiento inverso es el correcto será una maravillosa fuente de alegría y paz tanto para nosotros como para nuestro entorno.
Y nos hará un poco más sabios.
Con amor, les deseo paz en sus corazones
Alejandra
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